Un estilo de vida franciscano se caracteriza por una profunda conexión con la naturaleza, la simplicidad y la compasión hacia todos los seres vivos. Al seguir los principios de San Francisco de Asís, se busca vivir de manera austera y sostenible, reduciendo el consumo excesivo y valorando lo esencial. Esto implica una relación armoniosa con el medio ambiente, el respeto por la biodiversidad y la promoción de la justicia social. Al mismo tiempo, se enfatiza la importancia de la oración, la contemplación y la gratitud, lo que permite encontrar la paz interior y la conexión con lo divino en la simplicidad de la vida cotidiana. Finalmente, el estilo de vida franciscano es una invitación a vivir de manera más consciente, sostenible y en armonía con el mundo que nos rodea.